No creo que sea significativo decir lo mucho que amo y odio esta profesión o lo mucho que disfruto actuando y escribiendo, si no fuera así no habría una web que trastear, ni estaría luchando por esto a mi edad. Una edad que puede abarcar personajes que van desde los 4o a los casi 50: un padre, un tío, un cura, un admirador, un esclavo, un amigo, un siervo. Soy infinito.

Decirte lo buen actor que soy tampoco creo que tenga sentido. ¿Soy buen actor? Sí, lo soy. La manera de contradecirme es ir a la página de contacto y retarme.

Lo que sí te puedo asegurar y además creo que sin esto la pasión y el talento cojean, es que soy un actor puntual, que se aprende el guión o el texto, que no da problemas, que entiende que este es un trabajo de equipo y que poniendo trabas no se avanza y si no se avanza no se termina a la hora y todo el mundo quiere terminar a la hora porque no terminar a la hora es carísimo y las cosas tienen que parecer carísimas, pero no serlo.

Hace cinco años te habría puesto aquí una cosa mística de todo lo que siento actuando, lo sigo sintiendo, no te voy a mentir, pero me parece más importante contarte cosas prácticas como que nunca un coche de producción ha tenido que esperarme, fueran las cinco de la tarde o las cinco de la mañana.